viernes, 4 de mayo de 2012


·         CONSERVACION

El Águila Real tiene una tasa reproductiva muy baja y una elevada mortalidad de pollos producida por fraticidio, especialmente cuando escasea el alimento. Asimismo, se estima que el 75% de los jóvenes mueren antes de alcanzar la madurez sexual. El Águila Real enfrenta problemas relacionados a electrocución, envenenamiento directo, cacería ilegal, pérdida de hábitat, incremento de actividades forestales, abandono de zonas de reproducción como resultado de perturbación humana, persecución, tráfico ilegal para su venta como mascotas o para cetrería, y envenenamiento por plaguicidas. También existe la preocupación de pérdida de variabilidad genética en esta especie debido a problemas de consanguinidad por su pequeña población.
La parte más afectada de su hábitat son los bosques templados cercanos a áreas de explotación forestal. Así mismo, la sobreexplotación por cacería de sus presas principales, conejos, liebres y aves, ha disminuido la calidad del hábitat donde se alimenta.

A nivel mundial, el Águila Real ha sido extirpada de algunas regiones, en otras está en riesgo y en algunas otras, sus poblaciones están estables e inclusive han aumentado.
En México, la tendencia en la disminución y desaparición de algunas poblaciones es similar. No se han documentado aumentos poblacionales ya que no ha habido planes concertados de protección y conservación, ni se han atendido las causas que han originado la disminución.
Las amenazas continúan y en algunos sitios se han incrementado. Sin embargo, se desconoce su situación precisa en México.